Cuando se pararon a comer, los alumnos y alumnas de 4º ESO descubrieron una pequeña peña desde la que uno se podía tirar.
Los primeros minutos la gente decía que si tenía frío que si es que acababan de comer y había que hacer la digestión… Hasta que un loco temerario se tiró al agua, sin pensárselo dos veces, y provocó una estampida de zambullones, en uno de los cuales una alumna tuvo la desafortunada suerte de no saltar lo suficiente y se chocó con las rocas de debajo de la peña.
El resultado: un brazo roto por siete lados diferentes y unos cuantos traumas.
“Nah, poquillo” dice la desafortunada.
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