Se perdió ayer (quién sabe cuándo fue ayer) por la zona de Los Prados Vetusta, según el cartel, se perdió por pura mala coincidencia de sucesos, pero ¿y si no fue así? ¿Y si se escapó por su propia voluntad? En el Leopoldo Today llegamos al fondo de este asunto.
Nuestros detectives Yerai y Javi salieron a investigar por dicha zona y al poco rato se encontraron con el primer testigo: Michi, el gato. A continuación, reproducimos la conversación:
“Estamos buscando un perro marrón de orejas pequeñas llamado Tuco, es mediano, ni grande como un Pitbull ni pequeño como un chihuahua, ¿no lo habrás visto por aquí?, se ha perdido” le preguntaron nuestros reporteros al susodicho.
“Tuco no se perdió, huyó y con muy buen criterio”, les respondió Michi.
“¿Cómo que huyó?”
“Como lo oís, ya me lo había dicho más veces, pero yo no le creía, decía que un día se iba a escapar, que ya no aguantaba ni un día más en esa casa”
Entonces surgieron las dudas: ¿se había perdido Tuco de su casa o había escapado? Y si escapó ¿por qué, ¿qué le harían en su casa? Y más importante ¿por qué Yerai y Javi pueden hablar con los animales, acaso consumirán potentes estupefacientes?
Yerai y Javi continuaron la búsqueda. Michi también les dijo que él lo solía ver en el bosquecillo que hay en el colegio ‘Fozaneldi’, así que se dirigieron allí. Cuando llegaron pudieron ver una marca clara de huellas de perro en un tramo de carretera que estaban asfaltando. El rastro se dirigía hacia el polideportivo de dicho colegio. Como estaba cerrado y nuestros reporteros no tienen placa de policía, tuvieron que esperar a que fuera de noche y colarse (por el bien de la humanidad) dentro.
Cuando llegaron, vieron claros indicios para su mente privilegiada de que un animal de tamaño mediano se había colado en un conducto de ventilación. Nuestros sacrificados reporteros tuvieron que estrecharse para entrar y entraron en el cuarto estado de la materia (stick).
Dentro de los conductos, descubrieron a Tuco, que estaba tomando comida de perro con tropezones de setas alucinógenas.
“¿Por qué, Tuco, por qué?”
“La vida me ha empujado a esto, en esa casa son todos unos maltratadores zoofílicos, me pegaban si no hacía algo o si al amo le dejaba la dueña o… no quiero recordarlo”
Finalmente, Tuco pudo volver a llevar una vida normal junto con una familia de acogida. Los antiguos dueños de Tuco están ahora cumpliendo condena por delitos contra la comunidad canina. Yerai y Javi ganaron la medalla al animalista por resolver el caso de Tuco y entraron por fin en desintoxicación por las ingentes cantidades de opiáceos que tomaban para hablar con los animales.
Por favor, si alguien ve a Tuco (no vale la foto del cartel, tiene que ser al perro de verdad), que llame al 643 089 299.
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