El Enigma de la Habitación 622
El Enigma de la Habitación 622
La novela con la que Joël Dicker ha impresionado a los críticos y ha dejado boquiabiertos a miles de personas alrededor del mundo.
Joël Dicker lo ha vuelto a hacer. Tras el éxito de su novela La Verdad Sobre el Caso Harry Quebert, el escritor suizo ha lanzado el pasado 2020 este thriller sobre la investigación de un crimen.
SINOPSIS:
Una noche de diciembre, un cadáver yace en el suelo de la habitación 622 del Palace de Verbier, un hotel de lujo en los Alpes suizos. La investigación policial no llegará nunca a término y el paso del tiempo hará que muchos olviden lo sucedido. Años más tarde, el escritor Joël Dicker llega a ese mismo hotel para recuperarse de una ruptura sentimental. No se imagina que terminará investigando el viejo crimen, y no lo hará solo: Scarlett, la bella huésped y aspirante a novelista de la habitación contigua, lo acompañará en la búsqueda mientras intenta aprender también las claves para escribir un buen libro.
OPINIÓN:
Estamos ante una de las mejores obras literarias de los últimos años; con una gran precisión, el autor hace que la intriga se mantenga hasta el final, y cuando el lector empieza a pensar que tiene algo claro, un segundo giro de guion le golpea al instante, sin dejarle digerir lo que había ocurrido en la página anterior.
Es un libro muy diferente a tantas otras novelas de crímenes; esas con unas tramas muy simples y previsibles que, al haberse hecho tantas veces, ya se quedan algo obsoletas. Este, sin embargo, tiene una estructura bastante peculiar a las demás; los distintos puntos de vista, el transcurso de la historia que empieza una semana antes del asesinato, se entremezcla con la perspectiva del investigador -que en verdad no es un detective profesional si no un escritor normal y corriente-, dándole al lector la sensación de conocer a la perfección a todos los personajes y de creer conocer los motivos por los que podrían asesinar a alguien... pero siempre con un sentimiento de incertidumbre, de no saber muy bien qué es lo que va a pasar.
Y mientras el lector recopila todos estos datos, hay un punto en el que se da cuenta de una cosa... no solo no sabe quién es el asesino, si no que no sabe quién es la víctima. En ningún momento se menciona la identidad del cadáver, aunque al principio puede que parezca que se sabe quién es, que todo apunta a una persona, pero, en realidad, nunca se ha comentado. Así que el lector entra en el juego a ciegas, sin casi ningún conocimiento de la novela, o al menos de sus rasgos principales, y eso es algo que hace que todo lo demás sea aún más interesante.
Cada una de las 619 páginas es más impresionante que la anterior, y hacen que cada uno se quede sin respiración, anhelante por saber qué es lo siguiente con lo que el autor decidirá sorprender a su público. Joël Dicker tiene una manera de escribir tan extraordinaria como cautivadora, y la lectura se hace tan amena que ni siquiera te das cuenta de que estás leyendo. Es increíble ver cómo alguien puede hacer que te adentres de lleno en la historia y que el tiempo se pase volando, que empatices con cada personaje y que tus pensamientos sobre ellos vayan cambiando a medida que la novela avanza.
Es un libro muy diferente a tantas otras novelas de crímenes; esas con unas tramas muy simples y previsibles que, al haberse hecho tantas veces, ya se quedan algo obsoletas. Este, sin embargo, tiene una estructura bastante peculiar a las demás; los distintos puntos de vista, el transcurso de la historia que empieza una semana antes del asesinato, se entremezcla con la perspectiva del investigador -que en verdad no es un detective profesional si no un escritor normal y corriente-, dándole al lector la sensación de conocer a la perfección a todos los personajes y de creer conocer los motivos por los que podrían asesinar a alguien... pero siempre con un sentimiento de incertidumbre, de no saber muy bien qué es lo que va a pasar.
Y mientras el lector recopila todos estos datos, hay un punto en el que se da cuenta de una cosa... no solo no sabe quién es el asesino, si no que no sabe quién es la víctima. En ningún momento se menciona la identidad del cadáver, aunque al principio puede que parezca que se sabe quién es, que todo apunta a una persona, pero, en realidad, nunca se ha comentado. Así que el lector entra en el juego a ciegas, sin casi ningún conocimiento de la novela, o al menos de sus rasgos principales, y eso es algo que hace que todo lo demás sea aún más interesante.
Cada una de las 619 páginas es más impresionante que la anterior, y hacen que cada uno se quede sin respiración, anhelante por saber qué es lo siguiente con lo que el autor decidirá sorprender a su público. Joël Dicker tiene una manera de escribir tan extraordinaria como cautivadora, y la lectura se hace tan amena que ni siquiera te das cuenta de que estás leyendo. Es increíble ver cómo alguien puede hacer que te adentres de lleno en la historia y que el tiempo se pase volando, que empatices con cada personaje y que tus pensamientos sobre ellos vayan cambiando a medida que la novela avanza.
Joël Dicker es sin duda uno de los escritores más reconocidos de nuestro tiempo; en 2012 publicó su primera novela, Los Últimos Días de Nuestros Padres, después de tres años terminado, ya que ningún editor quería publicarle. Esto fue después de ver un cuento que escribió publicado, que lo motivó para seguir escribiendo. Esta novela no es como las últimas que ha sacado; en esta narra una trama bélica, de amor y amistad, además de hacer una profunda reflexión acerca del ser humano: de sus defectos, sus debilidades y sus fortalezas.
Su segundo libro –La Verdad Sobre el Caso Harry Quebert-, el cual lo catapultó a la fama, le sumergió en el género de crimen, y arrastró a miles de lectores con él hacia las profundidades de sus misterios, ansiosos por ser resueltos.
Sus novelas han sido traducidas a más de treinta idiomas y gracias a ellas ha obtenido premios muy importantes del mundo literario, como el Premio Cunéo (2005), el Premio des écrivains genevois (2010), el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa (2012), o el Premio Goncourt des lycéens (2012).
Este año, de hecho, ha publicado la secuela de La Verdad Sobre el Caso Harry Quebert –El Caso Alaska Sanders-, y está siendo un éxito en ventas en todo el mundo.
Desde mi opinión personal, Joël Dicker es uno de los mejores escritores que tenemos hoy en día, y una prueba irrefutable para este hecho es El Enigma de la Habitación 622, la cual recomiendo leer a todo el mundo, sobre todo a aquellas personas que están especialmente interesadas en las novelas de misterio, porque se van a llevar una gran sorpresa con esta.
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