Los exámenes de fin de trimestre han dejado una huella difícil de borrar.
Sangrientas batallas se desarrollaron en las aulas por el control del aprobado para muchos y para unos pocos guerreros de élite, por el sobresaliente.
Un puñado de soldados salieron victoriosos de esta guerra, pero muchos otros de nuestros camaradas no pudieron seguir adelante o han quedado lisiados para el resto de su vida.
Un trimestre más, los exámenes demuestras su poderío y nos recuerdan que solo somos simples mortales.
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